No esperes al jodido 3. Pulsa el botón y haz la foto. Nada ocurre cuando llega el 3. Detesto la manía de la gente antes de hacer una foto de esperar a un número 3. Como si en ese momento su cara fuera a mostrar un elevadísimo coeficiente intelectual. Imbéciles. Tira la puta foto ya.
Mi psicólogo me dijo que moderara mi ira. Capullo. Que modere él su ineptitud. No he visto un loquero que no estudie esa mierda con el único fin de comprobar que otros lo tienen peor que ellos. Se piensan que el cerebro tiene entregas por fascículos cada 15 días en tu quiosco más cercano. Que analicen sus propios traumas e infelicidades y dejen de exprimir los salarios y las neuronas de los demás. Que les jodan. A ellos y a sus putas fotos que parecen mariposas de mierda.
Imagino que en el fondo todos podemos ser amables si queremos. He visto a verdaderos hijos de puta con veneno corriendo por sus venas, sonreír a una anciana como que fueran monaguillos pasando el cepillo. Supongo que hoy no es el día. El niñato del selfie no sabe si vengo de un funeral o si me acabo de comprar un Ferrari. Solo quiere una foto con su ídolo de internet para subirla a su miserable Instagram de adolescente y tener 13 likes y tres comentarios de la fea de su amiga, su prima y un spam de Turquía…
Latte, un latte, no un café americano con leche, un latte tío. Tan difícil no creo que sea. Si eres adolescente y te queda grande hasta el delantal verde de un Starbucks, date por jodido. Ya te puedes ir buscando un buen supermercado cerca de casa, para reponer todas sus estanterías hasta los 65, e ir a comer a casa de mamá hasta que te la encuentres fría en la cocina con la cuchara en la mano y el pimentón por el suelo. Le dejo propina no porque haya acertado el muy capullo, sino porque me están grabando en 4K y después me etiquetan como un tacaño bastardo en la red. Puedo ser un imbécil en el cuerpo a cuerpo, pero de usurero nada. Ser espléndido con dinero no tiene secreto. Lo jodido es hacerlo sin ello.
La gorda que olía a Cheetos se acercó demasiado y ahora tengo esa mierda naranja pegada al cuello de mi chaqueta de cuero. Desde hace unos meses hasta doy conferencias. Si, para cagarse. Los niñatos con granos y una GoPro debajo del sobaco me preguntan cual es el secreto de mi éxito. Que quieren ser youtubers como yo y rascarse los huevos el resto de su vida. Les digo que se dejen de mierdas de esfuerzo, ideas, constancia y trabajo. La puta suerte es lo que cuenta. Lugar adecuado, momento adecuado y se acabó el problema. Lo único que hace falta para triunfar es ser bueno en algo. ¡Tampoco hace falta que seas muy bueno joder!. Con que sepas hacer algo mejor que la media, solo tienes que buscar la suerte. No como el del Starbucks que todavía está pensando como deletrear mi nombre. Ca-pu-llo.
La sociedad del esfuerzo y el valor del trabajo se fue a la mierda cuando Henry Ford puso a miles de americanos a montar coches en cadena para la familia media. Desde entonces, las clases sociales se quedaron en dos; “lo vas a tener jodido toda tu vida” y “joder que bien se vive con el dinero de papá”. Si estás en la primera huye, lo tienes muy mal. Solo te van a servir los cojones y el esfuerzo. Si estás en la segunda vivirás como un rey y te verán como un auténtico imbécil hasta el día que te mueras. Garantizado. No te esfuerces en parecer un tipo de la calle, no funciona. No gustan los ricos colega. Admítelo. No moláis nada. Me aburren vuestras chaquetas Belstaff, vuestras Ducatis que nunca pasaron de tercera y vuestros relojes Bell&Ross con correa caqui. Que os jodan. Si tienes que ser rico, que llegues a ello. No que nazcas con ese estigma como la flor escarlata, pero con la flor en el culo.
Me voy a casa. No aguanto a una gorda más con sus teléfonos Samsung queriendo hacerse un selfie a 0,9 megapixels. Las gafas de mi abuela tienen más resolución que sus smartphones de plan renove de Orange. Joder, huelo a los putos Cheetos todavía. Me voy a casa a cambiar. Me jodieron el día con tanta fotito.
Texto y fotos por Deportes ilustrados